El embarazo es un estado de plenitud en el que la mujer embarazada irradia la belleza natural de la maternidad.

Según su definición, “se denomina embarazo, gestación, preñez o gravidez al periodo que transcurre desde la implantación del óvulo fecundado en el útero hasta el momento del parto”. Dicho así suena algo frío, pero el embarazo es mucho más que eso. Además es amor, es esperanza, es ilusión, es felicidad… y esos sentimientos también se reflejan en la futura mamá.

Cambios que provoca la maternidad

La belleza de nuestro cuerpo desde que empieza a crecernos una vida dentro trasforma radicalmente lo que éramos antes del milagro de la concepción. La maternidad nos cambia el cuerpo, cambia el tamaño de nuestro vientre, la forma de nuestros senos, nos hace aumentar de peso. Tal vez incluso nunca recuperemos el cuerpo y el peso de antes de la llegada del bebé pero no por eso somos menos hermosas en nuestras maternidades. No porque nos alejemos del estereotipo físico que promueven y venden los medios de comunicación, la belleza es menos en esos cuerpos marcados y vibrantes por dar vida, alimentarla, acompañarla y verla crecer.

La maternidad nos cambia radicalmente en todos los sentidos, pero sobretodo nos transforma la mirada y el corazón. Nunca una mujer que se conecta plenamente con su sexualidad femenina a través de vivir a plenitud la maternidad volverá a mirar y sentir igual el mundo en el que vive.

Nos hace guapas

• Ser madres nos vuelve guapas. Da igual que vayamos despeinadas, en pijama y con alguna que otra mancha de papilla. Yo creo que es la mezcla de sentimientos (orgullo, satisfacción, paz interior) que se refleja en nuestros rostros.